Otro día más, despierto, miro a ambos lados, no me espera nadie, pienso en el por qué de despertar, de salir, de vivir. Nadie me espera en el gélido salon, sólo escucho al perro del vecino pidiendo libertad.
Pasa el día y los segundos me queman sin su presencia, sólo quiero un poco de su atención, pero no lo consigo..., no puedo comer, sólo pienso en la oscura soledad que es iluminada por una débil pantalla de ordenador, no tengo ganas de escribir, ni de pensar, ni de nada.
Pasa la triste tarde, no se escucha nada, espero impaciente al teléfono pero no obtengo su irritante sonido, quiero desaparecer, quiero volver a la luz, pero no tengo fuerzas ya para seguir.
Vuelvo a la fría cama pensando en otro día muerto y desaprovechado.
Sólo tengo fuerzas para dormir, e intentar soñar, soñar con algo más que esta pobre vida, soñar con ella.
Otro día más, despierto...
